Por: Nutrióloga Giselle Pulido
Se ha probado científicamente que, para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario, se deben llevar a cabo ciertas recomendaciones higiénico-dietéticas; como mantener la vacunación al día, mantener un peso saludable, hacer ejercicio, cuidar la higiene personal y de los alimentos, evitar el tabaco y alcohol, lactancia materna, (si el caso lo amerita) controlar el estrés, y dormir de 7 a 8 horas al día.
Las vitaminas también juegan un papel muy importante, sin embargo el consumo excesivo de las mismas, no determina un mejor funcionamiento del organismo. En el caso de la “vitamina A”, por ejemplo, una dieta equilibrada cubre los requerimientos de la misma, de igual manera ingerir mucha vitamina C solo mejora el sistema inmunitario, en el caso de que haya una carencia. La suplementación de vitaminas siempre debe estar guiada por un Nutriólogo, para evitar caer en los excesos y prevenir algún riesgo.
El uso de probióticos también es un tema muy común cuando se requiere mejorar la salud en general, los probióticos son organismos vivos que, administrados por vía oral en las cantidades adecuadas, son beneficiosos para la salud del hospedador. En cuanto a las funciones que ejercen frente al sistema inmunitario, es que son capaces de actuar sobre la inmunidad innata, mejoran la manifestación de algunos tipos de alergias, como dermatitis atópica, rinitis alérgica y asma; además de ayudar a disminuir la incidencia de afecciones respiratorias.
La ingesta energética diaria, es decir, la cantidad de calorías que consumimos de los alimentos y bebidas, tiene una gran influencia en la actividad inmunológica, tanto por exceso, como por defecto de calorías, el aporte excesivo, puede afectar la capacidad del sistema inmunológico para combatir infecciones, por lo que la obesidad está ligada a una mayor incidencia de enfermedades infecciosas. Por otro lado, las personas desnutridas, o que llevan planes de alimentación de menos de 1200 calorías al día, presentan también mayor riesgo de contraer infecciones, por lo que se debe buscar siempre el equilibrio, con una atención oportuna por un profesional de la Nutrición.