El vestuario es la primera impresión que damos de nosotros mismos al mundo día con día. Desde que nos despertamos, entre las primeras decisiones que debemos de tomar antes de salir de casa es: ¿qué debo usar hoy?
En la vida profesional, el vestuario es lo primero que percibe un cliente de nosotros como profesionales y representantes de la empresa para la que trabajemos. Y si bien, no debemos juzgar a un libro por su portada, una buena portada siempre puede destacar entre otras y ser más atractiva para el público.
Lo más importante es lograr un balance entre ser uno mismo, sentirnos cómodos y lograr una proyección positiva e individual. En otras palabras, la imagen personal también puede servirnos como herramienta para saber dirigirnos a un público determinado y atraerlo.
Existen varios puntos a tomar en cuenta para una renovación de imagen como lo son la edad, los accesorios, el calzado o los rasgos físicos; pero entre los más importantes podemos destacar:
- Calidad: la calidad es mejor que la cantidad. Es recomendable tener un guardarropa de prendas básicas y de colores lizos que nos ayuden a crear la mayor combinación de conjuntos posibles.
- Moda: las modas y las temporadas van cambiando constantemente y si bien puede resultar útil utilizar lo que se encuentra en tendencia, también es importante analizar si es el tipo de moda que me favorece por el momento y si me siento cómoda con ella.
- Colores: es importante que cuides la combinación adecuada de colores, no solo entre prendas, sino que favorezcan el color de tu cabello, tu tono de piel, el maquillaje y los accesorios que utilizas. Recuerda que cada color representa algo y también puede ayudarnos a trasmitir un mensaje; tanto puede ser un mensaje que quiero trasmitir a otros, como puede ser un mensaje que quiero que perciban de mí.
