Aunque parezca contradictorio, la humedad característica de la temporada de lluvias puede provocar desequilibrios en la piel: desde resequedad inesperada hasta un tono apagado y sin vida. Para contrarrestar estos efectos, basta con hacer pequeños ajustes en tu rutina diaria. Aquí te compartimos cinco claves para cuidar tu piel durante los días lluviosos:
- Fortalece tu barrera cutánea
Tu piel tiene su propio escudo natural que la protege del ambiente, pero los cambios bruscos de temperatura pueden debilitarlo. Aplica tu crema corporal o facial justo después del baño, cuando aún hay humedad sobre la piel, para sellar mejor la hidratación. - Hidrata por dentro y por fuera
Pasar de la lluvia en el exterior a una oficina con aire acondicionado deshidrata más de lo que crees. Lleva contigo una botella de agua y, si puedes, refresca tu rostro con un mist o agua termal durante el día. Este pequeño gesto aporta alivio inmediato y mantiene tu piel fresca. - No te saltes el protector solar
Aunque el cielo esté cubierto, los rayos UV siguen presentes —y la lluvia no los bloquea. Además, el agua en charcos o superficies mojadas puede reflejar la radiación. Así que no importa si llevas paraguas o no: el protector solar sigue siendo imprescindible. - Dale un respiro a tu piel por la noche
Los días grises también pueden generar estrés en la piel. Regálale un momento reparador con una mascarilla nocturna rica en antioxidantes. Ingredientes como la vitamina C ayudan a recuperar luminosidad, unificar el tono y mantener la firmeza, incluso mientras duermes. - Cuida también tus labios
El clima húmedo y ventoso también afecta esta delicada zona. Usa bálsamos humectantes con frecuencia para prevenir grietas y mantenerlos suaves, aún en los días más fríos o lluviosos.
La temporada de lluvias no tiene por qué ser sinónimo de piel apagada o deshidratada. Con hábitos consistentes y cuidados conscientes, puedes mantener tu piel saludable, protegida y luminosa durante todo el año.